Situada en pleno Parque de los Arcornocales, concrétamente en el Cerro del Piruétano, en la Sierra del Niño, nos encontraremos inmerso en un bosque de chaparros y monte bajo. Lo que más llama la atención al llegar, son los enormes bloques de arenisca que forman el complejo. Eso le confiere un misterio que se acentúa más cuando percibes el silencio que normalmente rodea a todo el lugar. La entrada hacia el abrigo principal se hace a través de dos de esos grandes bloques.
Las pinturas de estas cuevas se sitúan en un contexto postpaleolítico y fueron realizadas por comunidades agropastoriles del Neolítico al Bronce.
Del conjunto, formado por seis cavidades, sobresale el abrigo principal, tanto por sus dimensiones como por sus representaciones, en su mayor parte en color rojo anaranjado. Las pinturas se encuentran a media altura, protegidas por una visera de roca. A simple vista lo que más llama la atención es el conjunto central de pinturas. Se distinguen perfectamente algunos ciervos de gran cornamenta repartidas por la parte inferior e izquierda del grupo y también, a la derecha del grupo, se puede ver lo que podría ser un cánido. Rodeando al grupo de ciervos por la parte superior, se puede ver que hay claramente representados varios hombres con objetos en la mano (posiblemente un hacha), formando lo que muy bien podría interpretarse como una escena de caza. En el centro de todo este conjunto sobresale, por su tamaño en relación con las demás, una figura humana. Sus manos son desproporcionadas y presentan cuatro dedos en la derecha y cinco en la izquierda. Por último en la parte superior izquierda aparecen dos hombres más, acompañados de otro cánido, que podrían ser la punta de lanza de esta partida de caza. Aún se pueden apreciar más pinturas a ambos lados de este abrigo, aunque algunas ya acusan cierto deterioro y se hace complicado identificarlas claramente.
Pero éste no es el único abrigo. Repartidos por la zona se pueden encontrar algunos más, en las que podremos ver pinturas esquemáticas, algunas de dificil interpretación.
En la parte este del complejo se pueden apreciar un número significativo de tumbas funerarias/sarcófagos. Todas ellas excavadas en la arenisca de la zona y no parecen que guarden un patrón determinado, como no sea el de optimizar al máximo el uso de cada roca. Hay de varios tamaños y algunas parecen talladas con más cuidado que otras, aunque todas tienen una profundidad similar.
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