Ruta 3. Ruta de La Serranía.

 

6. Conjunto megalítico de Alcalá del Valle (Alcalá del Valle).

A seis kilómetros de la localidad está situada el "Conjunto Megalítico del Tomillo", con dolmenes y menhires correspondientes a la última fase del Neolítico y comienzo de la Edad de los Metales (2000 a.n.e.). Está situado en la Dehesilla del Tomillo, en la carretera que conduce a Olvera.

Se trata de tres construcciones funerarias del tipo denominado Dólmen, de los cuales, dos de ellos (Tomillos I y Tomillos II), se encuentran en un excelente estado de conservación. Desde su posición destacada, en la ladera sur del Cerro del Castillón, en torno a los 800 metros de altitud, se domina visualmente un amplio espacio con pequeños arroyos que vierten al río Guadalete y al río Corbones, afluente del Guadalquivir, importantes vias naturales de comunicación entre el interior y la costa.

Los dolmenes denominados Tomillos I y Tomillos II pertenecen por su tipología a sepulcros de galería, de unos 9 metros de longitud el primero, y 3,72 metros el segundo, con cámara circular y de estrangulamiento en la entrada con laja rebajada en forma de V. Su singularidad constructiva respecto a la mayoría de los megalitos conocidos en las sierras, se observa en el empleo diferenciado de dos tipos de piedras, de lajas regulares de areniscas y grandes bloques de caliza.

Los sepulcros son de carácter colectivo, depositándose junto a las inhumaciones diversos objetos que forman sus ajuares. En Tomillos I se conservaron de estos enseres varios fragmentos cerámicos y dos puntas de flecha; en Tomillos II, tres cuencos, un cuchillo de cobre, dos agujas de cobre, cuentras de collar de concha y hueso y una placa de hueso decorada con círculos incisos. La morfología de estos materiales apoyan la cronología tardía de estos enterramientos en el IIº Milenio a.n.e. (4000 años de antigüedad).

El megalito como espacio funerario de gran simbolismo fue respetado por comunidades posteriores que lo eligieron también como lugar de enterramiento. Así ocurrió también en Tomillos, donde fueron depositados junto al dólmen, dos urnas de piedra arenisca de época ibérica, conservando una de ellas la tapadera y en su interior los huesos incinerados.